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24 Luego, los israelitas quemaron la ciudad y todo lo que había en ella. Sólo la plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro los guardaron en la tesorería de la casa del SEÑOR[a]. 25 Pero Josué les perdonó la vida a Rajab, la prostituta, y a todos sus parientes. Sus descendientes han vivido en Israel hasta hoy porque escondió a los mensajeros que Josué había enviado a espiar en Jericó.

26 En ese momento Josué hizo este juramento:

«Que el SEÑOR maldiga
    al que intente reconstruir la ciudad de Jericó.
Que a costa de la vida de su hijo mayor
    eche los cimientos,
y a costa de la vida de su hijo menor[b]
    restaure sus puertas».

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Footnotes

  1. 6:24 la casa del SEÑOR Se refiere a una construcción más sólida que una carpa. Una vez los hebreos llegaron a Canaán parece que pusieron la carpa dentro de una «casa» o «templo», de manera que se hace referencia al santuario como carpa, casa y templo (Jue 18:31; 1 S 1:7-9).
  2. 6:26 Que a costa […] hijo menor Ver 1 R 16:34.